Mi saludo pascual correspondiente al mes de abril. Que el Señor Resucitado siga iluminando la vida de todas ustedes con su Santo Espíritu.
Con alegría celebrábamos el día 24 pasado la conversión de san Agustín. Dábamos gracias porque Dios, al fin, había trocado las lágrimas de Mónica en indecible gozo. Toda la Iglesia se sigue llenando de alegría por el triunfo de la gracia en san Agustín.
También nosotros, con todas ustedes, esperamos la hora en que el Señor se muestre en sus hogares con toda su riqueza y misericordia. Mientras tanto, día a día nos ejercitamos en el gozo pascual esperando la plena efusión del Espíritu en Pentecostés.
Les cuento que esta tarde comenzamos el retiro de la fraternidad seglar aquí en San Millán. Agradezco sus oraciones.
Un abrazo y que el Señor siga estando grande con ustedes. Hasta pronto, p. Ismael
27 de abril de 2012
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