Tumba de Santa Mónica Iglesia de San Agustín, Roma |
Estimadas Madres Mónicas de Venezuela:
El Señor siga bendiciéndolas personalmente, y en todo, y proteja sus hogares.
Este saludo corresponde al mes pasado. Me sabrán disculpar por el retraso, ya que me han ocupado trabajos impostergables. Les cuento para que se alegren y para agradecerles sus oraciones y su interés en todo lo que el Señor nos permite llevar a cabo para su gloria y para edificar su Iglesia y la Orden. Desde anteayer estoy en Madrid.
En primer lugar, les comento los ejercicios espirituales que prediqué a las Monjas Agustinas Recoletas de clausa de Vitigudino, en Salamanca. Fueron ocho días completos más los de entrada y clausura. La comunidad está compuesta por quince religiosas: ocho españolas, una peruana, dos venezolanas y cuatro tanzanias (dos novicias y dos postulantes). Las reflexiones, predicaciones, oración vocal y contemplativa versaron sobre la Santísima Trinidad. Las hermanas fueron muy dóciles a la gracia y Dios se manifestó de múltiples formas sobre todas y cada una. La comunidad quedó contenta y feliz, y un servidor muy satisfecho por todo. Gracias a Dios. Oremos por estas nuevas comunidades multiculturales y plurales. Un testimonio cristiano y también un reto para un mundo globalizado.
El día 27 tuve un recuerdo especial para todas, pero no les saludé porque estaba en Roma, ocupado en una reunión de toda la Orden. Fuimos convocados por el Consejo General los representantes de las ocho provincias, para analizar el apostolado parroquial y misional de la Orden y ver la manera de cumplir las ordenaciones del Capítulo General. El vicario de la Orden nos dio la bienvenida y el encargado de este secretariado de apostolado dirigió las sesiones. Un religioso dominico, catedrático de la Urbaniana, nos puso al día sobre la Nueva Evangelización y los preparativos del próximo Sínodo de los Obispos. Fueron cuatro días de trabajo intenso que nos ha motivado para animar y coordinar la pastoral ministerial en cada una de las provincias de la Orden.
Como pueden suponer, un tema que ocupó nuestra atención fueron las Madres Cristianas Santa Mónica que, de una u otra forma, existen en los ministerios de la Orden. Después de la exposición de cada uno, tuve la oportunidad de compartir con los asistentes las oraciones y los materiales de que dispongo y que muchas de ustedes conocen y utilizan para sus oraciones y formación. Todos quedaron agradecidos. Estamos seguros de que los participantes promoverán un incremento de este apostolado en todas las provincias de la Orden. El Señor dará el incremento.
Con mucha alegría les comparto que Dios me concedió poder visitar y orar ante los sepulcros de santa Mónica en Roma y de santa Rita en Casia. Aquí concelebré la misa con los religiosos que asistieron a la reunión. En la capilla del sepulcro de santa Mónica tuve un recuerdo muy especial para todas ustedes y pedí por sus personas, sus hogares, sus coros de oración y todas sus necesidades. También oré en San Pedro ante la tumba del Beato Juan Pablo II. Perdón, y no sólo un servidor, sino que también oraron los demás religiosos que compartimos estos días de estudio y de renovación espiritual. Esperamos muchas bendiciones del Señor a través de nuestras santas Mónica y Rita.
Bien, y después de estas gratas noticias, tenemos que seguir alabando y a la vez clamando al Señor por las necesidades de cada una de las madres mónicas, por sus hogares y por las situaciones laborales y sociopolíticas que están viviendo en estos días. En España reparamos en las dificultades que pasan muchísimos hogares debido a la crisis económica y de valores que afecta negativamente a todos. En Venezuela están viviendo los sobresaltos de los días previos a las elecciones con tensiones e incluso con muertes violentas. El próximo domingo serán las elecciones. Una oración por Venezuela. En Perú están comenzando el mes morado, mes del Señor de los Milagros, tiempo de gracia y conversión, personal y familiar. Días de manifestaciones de religiosidad popular, personal, familiar, institucional y multitudinaria. En Argentina, tensión sociopolítica, crisis de valores que amenaza a la familia y a las vida cristiana. Y en el resto de América: elecciones en USA, crisis en México de muy diferente signo, y así más o menos en todas partes.
En fin, hermanas, que nos consolamos creyendo de verdad que estamos en manos del Señor y que nada puede sucedernos que él no permita previamente. Nada ni nadie pueden algo contra nosotros. Y a cada día le basta su afán. De todas maneras, él hará que todo revierta en nuestro favor.
Nada más, estimadas y queridas Madres Mónicas de Venezuela. Que Dios les conceda ser la roca firme y acogedora en sus propios hogares. Con estima personal, y hasta otra ocasión. El Señor siga estando grande con ustedes. Amén. Con cariño, p. Ismael
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