Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: El Reino de Dios se
parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra:
que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla
germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto:
primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las
espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la
hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.
Les dijo también: ¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué
parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que,
cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez
sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas
tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su
mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba
sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Homilía de San Agustín: Esta mies se extiende por todo el orbe
Reflexiones - Powerpoint
17 de junio de 2012
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