Estimadas Madres Cristianas Santa Mónica de
Venezuela:
Con gusto les envío este saludo en la
fiesta de santa Mónica. Comienzo por felicitarlas en el día de su santa Patrona.
Verdaderamente pueden sentirse muy agradecidas a Dios por el regalo de santa
Mónica, que es don para toda la Iglesia, pero de manera especial para todas
ustedes que la admiran, la quieren de corazón y tratan de seguir sus ejemplos
de vida cristiana.
Quiero que este saludo sea el colofón de la
relación especial que hemos mantenido en estos días de la novena a la Santa.
Estoy seguro que han sido muchas las madres que la han seguido fielmente, día a
día. Nos hemos sentido muy unidos en la oración y en el aprecio. Hemos querido
presentar al Señor tantas necesidades e innumerables situaciones en las que se
encuentran hoy día las madres de fe y las esposas cristianas.
Sería excesivamente prolijo siquiera
enumerar las vicisitudes por las que atraviesan las madres, particularmente en
nuestros días. Pero nos atrevemos a mencionar a las madres que sufren males
físicos y limitaciones por diversos motivos; males morales por ser o sentirse
abandonadas o no correspondidas; males espirituales de pecados y debilidades propias
o de sus mismos familiares. En fin, a todas las madres y esposas, sin
excepción, querríamos abrazar para interceder ante el Señor juntamente con
ellas como lo hacía santa Mónica, hasta lograr de Dios incluso más de lo que
nosotros somos capaces de pedir o desear.
Antes de concluir estas letras, les pido
disculpas por el doble retraso de este saludo: primero, lo publiqué en el blog,
al final del día 27. Escribía así: Algunas ya saben que estoy de mudanzas: de
Madrid a San Millán, La Rioja. Ayer tarde me incorporé a la comunidad
emilianense. Esta mañana ha tomado posesión del cargo el nuevo prior y un
servidor realizará las funciones de viceprior. Estoy contento en esta nueva
misión. Y les agradezco sus oraciones para que un servidor pueda cumplir la voluntad
del Señor en este nuevo destino. Es mi deseo sincero. Y segundo, porque hoy,
día 30, se lo envío a sus direcciones, para que nadie se quede sin el saludo de
la fiesta de santa Mónica. Gracias por avisarme de que no lo habían recibido en
su correo, y casi reclamarlo. Está muy bien.
Estimadas madres y esposas, siento más que
otras veces que las palabras son muy cortas e inadecuadas para expresar los
sentimientos y los deseos que abrigamos hoy en el corazón al contemplar las
maravillas que Dios realizó en santa Mónica y que quiere seguir haciendo en
todos nosotros.
Baste esta muestra de cariño y recuerdo en
este día tan especial para todos, en particular para todas ustedes. Nos unimos
espiritualmente a las eucaristías y celebraciones que se desarrollan hoy en
muchos de nuestros ministerios. Me acuerdo especialmente de Lima, Caracas,
Buenos Aires, Madrid y Barcelona.
Bien, pues que el Señor siga estando grande
con ustedes: para su gloria, para contento de todas ustedes, para edificación
de su hogar, pequeña iglesia doméstica, y de toda la Iglesia de Dios. Amén.
Con estima y aprecio personal, p.
Ismael
Desde el
Convento de Yuso, San Millán de la Cogolla, España, 27 agosto de 2011, fiesta
de Santa Mónica
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