Mensaje del P. Ismael Ojeda por el mes del Santo Rosario


Estimadas Madres Cristianas Santa Mónica de Venezuela:

Me ha parecido oportuno enviarles este mensaje al comienzo del mes de octubre, mes dedicado al rezo del santo Rosario. Con el deseo de que lo recen cada vez mejor, les ofrezco este brevísimo comentario sobre el Avemaría, en perspectiva trinitaria.

Dios te salve, María: Dios Padre pronuncia el nombre de María eternamente y proyecta sobre ella un maravilloso plan para dar vida a los hombres y salvarlos de todo mal. Es el mejor proyecto que el Padre ha podido imaginar, como Dios, desde toda la eternidad.

Llena eres de gracia: Dios Hijo le concede a María ser totalmente fiel al plan del Padre en todas las posibilidades. El Hijo, que es la respuesta perfecta al Padre, capacita a María para que responda plenamente al Padre: para que no defraude en nada las expectativas del Padre que quiere que todos los hombres se salven.

El Señor está contigo: Dios Espíritu Santo inunda a María de la santidad divina hasta desposarse con ella para hacer presente a Dios en el mundo en la persona del Verbo: Jesús, Dios y hombre verdadero; “Dios con nosotros”.

Así, el Padre, el Hijo y el Espíritu no pudieron hacer más con una criatura de lo que hicieron y siguen haciendo en María, con María y por María. Ella es plenamente dichosa: ”Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza”.

Bendita tú eres entre todas las mujeres: Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, hombre y mujer. Ambos reflejan la gloria de Dios de manera específica: varonil y femenina. María es la encarnación perfecta de la ternura, el amor y la belleza de Dios en la expresión femenina. Por eso, es la gloria y el honor ante Dios de todas las mujeres, desde siempre y para siempre. Por la gracia de Dios, María es única.

Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús: Toda mujer está llamada a ser madre: espiritual o materialmente. María es tan anegada por el poder y el amor de Dios que se convierte en su esposa; ella, con el poder de Dios, ha transmitido la vida de Dios y la vida humana a un ser único, Jesús, Dios y hombre verdadero. María es la mujer más fecunda, plena y feliz: la madre del hombre más bello nacido de mujer, que es a la vez Hijo del Altísimo. Cuanto recibe de Dios, no lo retiene para sí, lo devuelve a Dios, y, en él, lo da a los hombres.

Santa María, Madre de Dios: Ella es santísima entre los santos por ser la madre de Dios. Ahí reside toda su grandeza; es madre de Dios, del mismo que la creó en el tiempo.

Ruega por nosotros, pecadores: A esta criatura excepcional le pedimos que ruegue por nosotros que somos pecadores. Nuestro pecado consiste en no dejar a Dios actuar en nosotros tal como él lo disponga. María sí le dejó a Dios las manos totalmente libres, y por eso, Dios se glorificó y se sigue glorificando en ella: como sólo Dios Padre puede imaginar, como sólo Dios Hijo puede agraciar, y como sólo Dios Espíritu Santo puede vivificar.

Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén: Conscientes de nuestra condición de debilidad, pedimos a María que la gracia de Dios nos acompañe en cada momento de nuestra existencia, pero particularmente en la hora final. Así podremos gozar de Dios para siempre junto a ella, nuestra madre en la fe, que nos ha precedido y reina ahora en los cielos. Amén.

Como la Iglesia nos urge a proclamar hoy con fuerza el Evangelio de la Vida, en este mes les invito a rezar el Rosario para reparar por los pecados contra la vida que siguen crucifiando a Cristo en nuestros días. La encíclica Evangelium Vitae nos confirma en esta necesidad: "Es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero" (n.100).

Lamentablemente en nuestros días muchas personas e instituciones, sobre todo en Europa y en particular en España, quieren por todos los medios borrar las raíces cristianas de nuestra cultura promoviendo el laicismo radical que atenta contra la esencia misma del hombre: su vocación a entrar en comunión y en amistad con Dios. Es el sufrimiento que hoy martiriza a la Iglesia en muchas partes del mundo.

En España, ante el proyecto de la nefasta Ley del aborto, aprobado por el Gobierno, y que pronto será remitido al Congreso y al Senado para su aprobación, estamos acudiendo a la Virgen María, con el rezo del santo Rosario. La Oración por la vida que Juan Pablo II nos dejó en la Evangelium Vitae, n.105, la encuentran en el tríptico de la madre gestante.

Pidamos a la Madre de Cristo, Vida del mundo, que ruegue por nosotros "para que la fuerza que viene de lo alto haga caer los muros del engaño y la mentira, que esconden a los ojos de tantos hermanos y hermanas nuestros la naturaleza perversa de comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y el amor" (Evangelium Vitae, 100).

Queridas Madres Cristianas Santa Mónica de Venezuela, que el Señor las bendiga en todas sus necesidades e intereses. Y que la Virgen Madre, Nuestra Señora de Coromoto, las cubra con su manto, y proteja sus hogares de todo mal. Amén. Con afecto y oraciones, p. Ismael

02 de octubre de 2009

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