"Observancia más estrecha de la regla que la que comúnmente se guarda". Así define el Diccionario de la Real Academia Española el término "recolección", cuando se aplica a la vida religiosa. De hecho, la Orden de Agustinos Recoletos nace en la provincia agustiniana de Castilla, como una reforma dentro de la Orden de los Agustinos, fruto de la restauración católica que tuvo lugar en España en la segunda mitad del siglo XVI.
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El día 5 de diciembre de 1588, el Capítulo Provincial de Toledo definió que "hay entre nosotros, o al menos puede haber, algunos tan amantes de la perfección monástica que desean seguir un plan de vida más austero, cuyo legítimo deseo debemos favorecer para no poner obstáculos al Espíritu Santo".
A esta época pertenecen religiosos tan ilustres como santo Tomás de Villanueva, san Alonso de Orozco y fray Luis de León. Este último fue precisamente quien escribió la “Forma de Vivir”, primera reglamentación que tuvo la Recolección agustiniana, y que fue aprobada en septiembre de 1589.
Los Agustinos Recoletos son una orden religiosa inspirada en el estilo de vida de las primitivas comunidades cristianas. Su carisma central radica en ir donde la Iglesia los necesite, fiel ejemplo de su padre san Agustín. El decreto de aprobación de las Constituciones de la Orden especifica que los agustinos recoletos tienen como misión en la Iglesia "el servicio de la predicación evangélica, principalmente por el apostolado ministerial, educacional y misional, dando al mismo tiempo en el pueblo de Dios testimonio de vida contemplativa y comunitaria".
Virgen María, Reina y Madre de la Consolación,
A esta época pertenecen religiosos tan ilustres como santo Tomás de Villanueva, san Alonso de Orozco y fray Luis de León. Este último fue precisamente quien escribió la “Forma de Vivir”, primera reglamentación que tuvo la Recolección agustiniana, y que fue aprobada en septiembre de 1589.
Los Agustinos Recoletos son una orden religiosa inspirada en el estilo de vida de las primitivas comunidades cristianas. Su carisma central radica en ir donde la Iglesia los necesite, fiel ejemplo de su padre san Agustín. El decreto de aprobación de las Constituciones de la Orden especifica que los agustinos recoletos tienen como misión en la Iglesia "el servicio de la predicación evangélica, principalmente por el apostolado ministerial, educacional y misional, dando al mismo tiempo en el pueblo de Dios testimonio de vida contemplativa y comunitaria".
Virgen María, Reina y Madre de la Consolación,
invocada como protectora de los Agustinos Recoletos
desde sus orígenes,
intercede por todos los religiosos de la Orden
para que vivan con fidelidad y alegría su consagración,
para que vivan con fidelidad y alegría su consagración,
y alcánzanos del Señor abundantes y auténticas vocaciones
para la mayor gloria de Dios y edificación de su santa Iglesia.
Amén.
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