Saludo del P. Ismael Ojeda - 27 DIC 2015



QUERIDAS MADRES CRISTIANAS SANTA MÓNICA DE VENEZUELA:

Espero y deseo que hayan celebrado una feliz Navidad con toda su familia, como nunca antes. Que la hayan celebrado... y que la estén aún difrutando en su octava.

El Niño Dios nos mostró ayer su hogar, la Sagrada Familia, modelo para todas nuestras familias. Felicidades también por esta gracia de poder contemplar las virtudes de la Sagrada Familia con el deseo expreso y sentido de reproducirlas en nuestros hogares.

Deseo que puedan concluir este año con salud y con bien, y comenzar el nuevo año con renovado espíritu y con la protección y bendición de la Madre de Dios y madre nuestra cuya fiesta celebramos el día primero.

Estos acontecimientos nos vienen marcados por el Año Jubilar de la Misericordia. ¿Qué gracias y bendiciones nos tendrá reservadas Dios para este Año Santo? Haciendo el recuento, una vez más, de divorcios, separaciones, adulterios, rutina y fracaso de muchos matrimonios, hijos y nietos que han sufrido mucho, que les cuesta creer en Dios, que se apartan de la Iglesia, a veces resentidos, que no ven razón a sus vidas...

¿No será el Año Santo la oportunidad de oro que el Señor nos ofrece para acoger, sanar y convertir a tantas personas heridas y desorientadas, y para reconstruir tantos hogares que languidecen o están soportado adversidades de todo tipo y desencuentros dolorosos? ¿Qué nos deparará la Misericordia del Señor que abarca y supera todo pecado, todo error, todo pesar y frustración?

Preparémonos para experimentar una profunda renovación de nuestros propios hogares durante este Año Santo, no desaprovechemos las oportunidades. El Señor quiere nuestra conversión y desea que nuestros hogares sean irradiación esplendorosa de perdón y de paz, de ternura y felicidad para otras familias. Tenemos que dar ejemplo. No debemos contentarnos con menos.

Imploremos, pues, el poder y la misericordia del Señor para la reconciliación de parejas separadas e incluso divorciadas, para la confesión sacramental de muchos maridos y también mujeres después de muchos años, para la vuelta a la fe de muchos hijos y nietos apartados de Dios y de la práctica religiosa, para la regularización de muchas familias desestructuradas... Dios sufre contemplando tantos hogares que aún no disfrutan del Cielo en la tierra.

¿En qué podremos colaborar para que nuestros hermanos vuelvan a la casa del Padre, y se hagan más hermanos y sean más felices? Tú tienes la palabra. ¡Tenemos la palabra como madres mónicas! Dios nos está donando este carisma en la Iglesia: atraer a los descarriados al buen camino, comenzando por casa. Miremos compasivamente tantas situaciones dolorosas, echémosle imaginación a la cosa, oremos y pongamos a actuar la fe que mueve montañas... Dios lo quiere, sin duda. Amén.

Ánimo, pues, queridas madres mónicas de Venezuela, que Dios asista a los que deben gobernar de acuerdo con los resultados de las últimas elecciones y les libre de las lluvias torrenciales y de otras inclemencias. Les deseo un Próspero año nuevo 2016, y feliz Año Santo de la Misericordia. Con estima personal,


P. Ismael Ojeda Lozano, oar
Párroco Sta. Rita de Casia
Miraflores - Lima
https://ismaelojeda.wordpress.com

27 de diciembre de 2015

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