¿Por qué el Nazareno de San Pablo tiene tantos devotos?

¿Por qué los caraqueños veneran la imagen del Nazareno de San Pablo? ¿Qué tiene ese Cristo sufriente con la cruz a cuestas, que camina encorvado dejando la poca vida que le queda?

En primer lugar hay una tradición de más de tres siglos, casi cuatro, de veneración a esa imagen religiosa católica, propiedad de la Caracas colonial y antigua. Pero... ¿Qué más es?

La primera explicación es que es una imagen que representa a Jesucristo, el Hijo de Dios que va camino de la crucifixión. No es un hombre cualquiera, es el Hijo del Dios vivo, verdadero Dios y verdadero hombre. El que se encarnó en el seno de la virgen María, nació en Belén, multiplicó los panes y los peces, curó enfermos, resucitó muertos.

Siendo Dios, se entrega y va caminando, voluntariamente, con una cruz: sufriendo y caminando. ¿Por qué? porque quiere rescatarnos del pecado, de la muerte y de las esclavitudes que produce el alejamiento de Dios: por eso nos redime y se entrega voluntariamente. Por cada hombre, por cada mujer: somos sus hermanos. Y todos nosotros vamos en un camino: la vida es un camino hacia Dios, hacia la Vida Eterna en el Cielo. Caminar con Jesús es tener esperanza.

¿Pero esto basta para explicar la devoción? Sí y no. Los caraqueños ven en el Nazareno de San Pablo el reflejo de lo que muchos padecen; ven allí sus dolores, tristezas, carencias y esfuerzos a veces sobrehumanos para vivir y sobrevivir. Cristo sufriente encarna los sentimientos de muchos. Él lleva la cruz, es decir el sufrimiento, por ti y por mí, nos ayuda y consuela. Él camina con su cruz; nosotros caminamos también con la cruz de nuestra vida, que también tenemos que ofrecer a Dios Padre, como Jesucristo, representado en el Nazareno de San Pablo.

No es sólo una imagen milagrosa que curó la peste cuando tropezó con el limonera en la esquina de Miracielos. Se trata de Cristo sufriente que sana a todos los que se acercan a él con fe y deseos de cambiar la vida para ser más cristianos y cumplir los mandamientos.

La imagen del Nazareno de San Pablo recuerda a los presos, a los abandonados, a los que no tienen hogar, a los damnificados, a los engañados, a los niños de la calle, a los muertos de nuestras calles, a los perseguidos, a los secuestrados, a los extorsionados, a los que tienen miedo, a los que lloran a sus seres queridos asesinados, a los que esperan en la justicia y no la tienen, a los desempleados, a los niños abortados, a las madres traumatizadas, a los ancianos, a los enfermos y a los moribundos, a los jóvenes que cargan su desesperanza. Recuerda el sufrimiento humano.

Jesús carga con su Cruz para redimirnos y ayudarnos a vivir como hijos de Dios en su Iglesia Católica: A santificar todo lo que nos puede hacer sufrir y todo lo que nos hace sufrir.

Jesús Redentor del mundo: ¡Ayúdanos a llevar la Cruz!, como la representa la venerada imagen del Nazareno de San Pablo.

Fuente: Semanario “La Iglesia Ahora”, No. 283

11 de marzo de 2011

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