Mi saludo cordial deseándoles todo lo mejor en el Amor del Señor.
Estamos a las puertas del Adviento, un tiempo litúrgico especialmente mariano. A ver si nos acercamos con renovada admiración al misterio de la Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra. Ella es el modelo por antonomasia de toda mujer y de toda madre cristiana. Todo cuanto hagamos por conocer e imitar a la Virgen María será muy bien empleado.
Dos actividades tenemos a la vista en este mes: primero, el 27, la vigilia por la vida naciente, promovida por el Papa Benedicto. Sé que en muchas partes harán oraciones, vigilias de oración, charlas y otras iniciativas apoyando la vida desde los primeros instantes de su existencia, como el don primigenio de Dios.
Segundo, la celebración de la Virgen de la Expectación del parto, de la Esperanza, el día 18; también conocida como Virgen de la O. Podríamos interesarnos por conocer, saludar y felicitar a las madres que estén embarazadas, uniéndonos a su alegría y al gozo de los padres que esperan familia. Se les podría invitar a una ceremonia de bendición de madres gestantes, sea el mismo día 18 o en otro día. A ver qué podemos hacer por la vida y por las madres, por la familia. Échenle imaginación. Vayamos preparando la Navidad. Dios llega de nuevo a nuestra casa, a nuestro mundo.
No les quito más tiempo, queridas madres mónicas de Venezuela. Dios me las bendiga especialmente en este Adviento. Con estima personal,
p. Ismael
26 de noviembre de 2010
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