
Lucas 1, 39-56
Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí cosas grandes el Poderoso.
Su nombre es santo.
Reflexiones del P. Teodoro Baztán, OAR. Descargar powerpoint.
15 de agosto de 2009
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