Estimadas Madres Cristianas Santa Mónica de Venezuela: Para mí es un gusto saludarlas en este día de la Solemnidad de la Anunciación. En realidad, celebramos el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.
Podemos considerar que, en este día, tanto la Virgen María como el mismo Verbo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, dicen a una voz y guiados por el mismo Espíritu: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Inmediatamente, María concibe por obra y gracia del Espíritu Santo y el Verbo se hace hombre para siempre. Acontece la salvación. Se llevan a cabo los inescrutables designios divinos guardados en el seno de la Santísima Trinidad desde siempre.
Es una jornada muy especial, por tanto, para todos los cristianos, y en particular para las madres cristianas, para todas ustedes. En efecto, de manera análoga a como le sucedió a María, también ustedes fueron llamadas a ser colaboradoras de los planes de Dios. Primero, para hacer presente la ternura de Dios en su matrimonio, con sus esposos. Y segundo, fueron llamadas a traer vida a sus hijos y también la fe en el Dios verdadero. Llamadas a ser madres dadoras de vida y de fe.
Felicidades, hermanas, por esta maravillosa vocación. Las felicito también por su fidelidad y por el empeño que ponen en ir ratificando la predilección que Dios tuvo y tiene con ustedes.
Esto lo hacen siempre, mes a mes, pero en este tiempo cuaresmal, de una manera más intensa. Se dice de santa Mónica que engendró a sus hijos tantas veces cuantas veía que se apartaban de Dios, sobre todo su hijo Agustín. Ustedes están haciendo lo propio, en esta Cuaresma: de muchas me consta. Las felicito por ello. A la vez les sigo ofreciendo ese material de las Vivencias Cuaresmales: Blog P. Ismael Ojeda WordPress.com
Ánimo, hermanas, que ya queda poco para llegar a la Pascua. Dios escuche sus oraciones y enjugue sus lágrimas: Él, que es como una madre para todos, les conceda el consuelo de ver a sus hijos y esposos más cerca del Señor. Así podrán celebrar la Pascua Florida, después de acercarse al sacramento de la Confesión y de la Comunión. Me uno de corazón a sus oraciones y deseos. Nuestra oración y nuestra comunión en el Amor del Señor se hacen más sinceras y sentidas en este tiempo sagrado.
Bien, hermanas queridas, que estos días, incluido el 27, estén llenos de la presencia del Señor que nos da vida y la misma Vida. Y desde ahora, feliz Pascua de Resurrección para todas. Que el Señor reine en sus personas y en sus hogares. Con especial cariño y mi aprecio personal, p. Ismael
25 de marzo de 2010
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